Ana y Nekane regentan un estudio de fotografía en el casco antiguo de Madrid.
Un día se declara un incendio en su edificio y, aunque están acostumbradas a trabajar con modelos de lo más glamurosos, no pueden dejar de sorprenderse ante aquellos valerosos «machomanes» vestidos de azul que no se preocupan porque su pelo se encrespe ni sus manos se ensucien.
Cuando el objetivo de la cámara de Ana se centra en Rodrigo, su corazón le indica que ya nada volverá a ser igual.
Él se da cuenta de la forma embobada en que lo está mirando y, a pesar de que no le gusta, inician una extraña amistad. Todo se complica cuando Ana descubre que está embarazada y Nekane la anima a que cumpla su fantasía sexual con el bombero antes de que la barriga, las estrías y los vómitos matinales se manifiesten y lo espanten.
Pero una mentira de Ana a sus padres ocasionará un sinfín de enredos y situaciones alucinantes que a Rodrigo lo dejarán sin habla.
Comencé las lecturas del 2014 con Megan
Maxwell y confieso que antes de leer la primera página ya me imaginaba una
copia de sus otras novelas.
Pero, me alegra decir que esta autora
española ha dosificado las repeticiones y vuelve al estilo que la hizo famosa.
La historia
En esta oportunidad Megan nos cuenta la
historia de una joven enamorada silenciosamente de un atractivo bombero que la flechó
a primera vista.
Entre ellos se construye una amistad que
nace desde el alma, pero para mantener este vínculo intacto, la protagonista
debe reprimir sus deseos y sentimientos.
Todo cambia cuando Rodrigo, el infartante
bombero, descubre en Ana a la mujer de su vida.
Mis sensaciones
Me gustó. (aplausos)
Pensé que no iba a volver a disfrutar una
historia escrita por Megan pero me sorprendí al adorar esta historia.
Creo que fueron varios los factores que
facilitaron el disfrute de esta lectura. Primero, sin dudas, el factor
sorpresa. Esperaba más de lo mismo y me encontré con una novela que no está
saturada de recursos ya conocidos.
Por otro lado, el tema es atractivo y está
planteado de un modo interesante. Y finalmente, los personajes me resultaron agradables.
El discurso
Hace un tiempo dije que Megan Maxwell tenía
una fórmula que se repetía constantemente: niños, mascotas y nombres ridículos
para las mismas.
Bueno, no podía fallar. En este libro
también encontrarán eso. Pero lo que valoré al leer esta historia es que esta
fórmula característica de la autora quedó impresa como sello personal y no se
vio exagerada y explotada hasta llegar al nivel de la saturación.
Si debo definir el discurso de esta novela,
diría que la palabra “orgánico” es la que mejor le calza.
De un modo muy suave y natural, Maxwell
incorpora todas sus marcas personales al servicio de la historia y no al revés.
¡Me gusta!
El tema
El eje principal de esta historia gira en
torno a los amores no correspondidos y la amistad entre el hombre y la mujer.
Una vez un hombre me dijo que la amistad
entre el hombre y la mujer era imposible, tiempo después me dijo que sólo era
posible a menos que alguna de las partes se enamorara, finalmente se refirió a
mí como su amiga y yo les confieso a ustedes que mis amigos… ¡son otros!
(risas)
A lo que voy es que Megan Maxwell tomó como
tema principal un debate social que todas hemos tenido que meditar más de una
vez y lo transformó en una comedia romántica que tiene momentos deliciosos.
Los personajes
Una vez que se tiene un tema interesante
entre manos, son los personajes los que definen el partido.
En esta oportunidad, Ana y Rodrigo, aportan
a esta historia todo el encanto necesario para leerla y disfrutarla hasta el
final.
Ana es una mujer independiente, moderna y
muy graciosa. Sus debilidades y torpezas son las que la convierten en la amiga
que todos queremos tener cerca y su amor no correspondido nos llevan a tenerle
mucho cariño.
Rodrigo es un varón con todas las letras. Es
un hombre que hace lo que tiene que hacer cuando lo tiene que hacer y eso, nos
gusta.
Su sensualidad lo lleva a cometer alguna
que otra bobada pero como todo varón, siempre termina haciendo lo correcto.
Paciente, tolerante, compañero, sensual,
gracioso… ¡Es un hombre hermoso!
En resumen
Si disfrutaron de "Fue un beso tonto" esta novela les va a encantar. Megan Maxwell vuelve a su estilo más relajado, menos forzado y más auténtico. Logró una alquimia perfecta entre la comedia y el romance sin sobrecargarla de recursos pobres y redundantes.
Me encantó el planteo del tema y el ritmo de la trama que no cae en muchas obviedades y que nos mantiene atadas a la historia sin tener la certeza de lo que va a suceder a cada paso de la novela.